domingo, 31 de marzo de 2013

Última noche de campamento


Última noche, el fuego seguía encendido como nuestras ganas de seguir avanzando. Te da por recordar. Por darte cuenta de que te dejabas la voz en cada canción y pedías una y otra vez que la guitarra no dejase de sonar. Te da por recordar, que hace pocos días salías de la furgoneta y empezabas la ruta en bici. ¿Cuántas veces nos quejamos del dolor de culo? Pero eso, en realidad, daba igual. Teníamos parches de risa. Risas que se encontraban en cada intento de rima poética, en cada mugido de Dante, en cada aparición de Paco delante de la cámara, en cada caída de Malena, en cada improvisación de Nacho, Marina y Ali, en cada cuestión de Mata... Risas que nunca faltan en la Unidad Esculta McKinley. Última noche de campamento y la luna ilumina más que nunca, quizá como la ilusión de Diego y Dani al hacer la promesa.

Cuesta pensar que hasta lo que menos nos gustaba del campamento vamos a echarlo de menos, y lo recordaremos con cariño: esa ducha de agua fría en la que se oían gritos y risas, y aquel barro que estaba por todos lados y en el que nunca faltaban caídas...

Silvestre, Sole, Lucía, Antonio, Leyre, Arturo, Karla, Trillo, Dani, Quino, Miguel, Ana, Alejandro, Luis, Bobby... Cada persona ha aportado su granito de arena, de risas, de canción, para que este campamento fuese lo máaaaaaas bonito. Y gracias a Blanca, Cobra y Lanz por hacer posible esto. 

Recopilación de unos de los miles de momentos vividos en Portugal, por supuesto, de parte de vuestro manitú.

Irene y Ángela


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