viernes, 31 de octubre de 2014

Vaya acampada vivimos

Empezamos la acampada, como es normal, una mañana de sábado. Aunque lo que no era normal era el calor que hacía para ser octubre. Recién llegados a la que ya se puede considerar NUESTRA Casavieja, nos situamos en el lugar donde por la noche íbamos a (tratar de) dormir. Tras montar nuestras tiendas, fuimos con las de lobatos (al parecer con cuatro no nos habíamos quedado agusto). Diez pequeñas Altus después, como bien merecido descanso, fuimos a comer a nuestra parcela.
El calendario quedó precioso después de que terminasemos de planificarlo. Y así es como empezamos con nuestras bien preparadas actividades. Después de un par de juegos de moviento, Ylva, Cristina A. y Sole nos habían preparado un juego chulísimo de contraseñas y demás movidas que estaba genial.
Espacio para publicidad y una actividad de Silver y Cris M. para conocernos mejor. Y teniendo en cuenta de que duró lo suyo parece que si que nos conocemos mejor ahora.  Un ratito con la Denali, que se nota que nos echábamos de menos, y luego una actividad nocturna hiper mega guay conjunta con ellos, y a cenar (una sopa calentita que el cuerpo aceptó perfectamente). Y con el cielo ya oscurito y el frío en los huesos no se nos ocurrió nada más que jugar a un Stolkien. Después de eso, Arturo trató de asustarnos, pero sólo consiguió un par de gritos y miles de risas. Más Denali y al saco.
Nada más despertarnos, a desayunar con todo el hambre de la noche. Y luego más tiendas de lobatos, esta vez desmontarlas y clasificar sus escasos daños (el Matterhorn siempre está a todo, eh). Luego fuimos a jugar al futbolín humano que habían montado unos cuantos locos para todo el grupo, pero Tropa se nos adelantó, así que pasamos de futbolín y jugamos al fútbol de verdad (o eso intentamos, que desastres éramos). Cuando Tropa acabó, ya si que fuimos al futbolín y una partids interminable después estábamod tri cansados.
Y la siempre esperada formación de grupo. Eramos casi 300 ahí todos juntos, Dios. Y espacio para publicidad, y a comer. Una tarde de juegos y actividades para sacar unas risas, evaluación, despedida y al bus (con las ganas de volver sin ni siquiera habernos ido).

Ana Adrados
Miembro de la Unidad Esculta Mckinley

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